Escrito por: Fernando Miño
La Psicogeometría se basa en la tendencia a sentirnos atraídos por ciertas formas de nuestro ambiente, según nuestra personalidad, actitud, educación, experiencia y la manera en que funcionan nuestros cerebros.
Comencemos con la función del cerebro. Las personas que escogen las formas lineales tienden a pensar con el lado izquierdo del cerebro. Esto significa que son lógicas y organizadas. Por otro lado, las personas que piensan con el lado derecho del cerebro, tienden a procesar la información de una forma menos lineal, son más creativos e intuitivos.
El cerebro también tiene sensibilidad a estímulos producidos por ciertos químicos que hay en él. Estos varían de persona a persona. Se puede tener mayor adicción a la dopamina, oxitocina, serotonina, acetilcolina o mayor o menor tolerancia al cortisol. Estas pequeñas diferencias son las que nos hacen personas distintas.
Es muy importante entender esas diferencias desde el principio, pues afectará el modo en que usted percibe el mundo que le rodea y la manera en que piensa y actúa; además, determinará qué personas escoge para que sean sus amigos y sus socios. La teoría sobre el cerebro es el fundamento de la Psicogeometría.
Para que pueda comprender de mejor manera esta teoría, vamos a dividir a las personas en cinco figuras diferentes. Los lineales cuadrados y triángulos; los no lineales círculos y garabatos; y las personas rectángulos quienes al final desarrollan el superpoder de los Kamaleones.
Primero tenemos al cuadrado, está compuesto por líneas y ángulos iguales y es, por lo tanto, la figura más estructurada de las cinco. Por esta razón, con el cuadrado representamos a la persona que pone mucho énfasis en la organización y en la estructura lógica. Es una persona que necesita que la vida sea previsible: todo debe estar en el lugar correcto y en el momento correcto. La característica dominante de los cuadrados es su determinación por cumplir su trabajo. Les encanta almacenar información y son excelentes administradores por su atención casi obsesiva a los detalles.
Químicamente hablando, estas personas tienen mayor aversión al cortisol (la hormona del estrés) generado en el cerebro. Tratan de evitar todo lo que distorsione su seguridad y rutina. Les gusta estar en un estado donde el cerebro produzca endorfinas (estoy bien, estoy tranquilo, estoy en paz).
Siguiendo con las figuras lineales y que piensan con el hemisferio izquierdo del cerebro, tenemos al triángulo. A diferencia de los cuadrados, ellos tienen menos interés en el trabajo en sí y están más interesados en su carrera. El triángulo es ambicioso y su énfasis está en la cima. Ha simbolizado el liderazgo durante siglos, probablemente desde la época en que los egipcios enterraban a sus faraones en las pirámides. La pirámide nos enseña el valor de orientar nuestra energía en el objetivo. Ese es el rasgo especial más valioso del triángulo: la capacidad de centrarse en el objetivo del momento.
Químicamente, el triángulo es adicto a la dopamina. La sensación de logro es su motor principal. A todos nos gusta la dopamina y es esencial en el desarrollo y aprendizaje humano, pero los triángulos son más víctimas de ella.
Ahora vamos a pasar a las personas que piensan con el hemisferio derecho del cerebro, a quienes dividiremos en dos figuras los círculos y los garabatos.
Los círculos, las personas que sinceramente y de verdad se preocupan por los demás. Los círculos harán lo que sea para que su familia, sus amigos y sus compañeros de trabajo estén felices. Su énfasis es solucionar los problemas y mantener la paz. Geométricamente, el círculo es el símbolo mitológico de la armonía. De las cinco formas, los círculos son las mejores en cuanto a comunicación. Es así porque a la hora de escuchar, tienden a establecer empatía rápidamente y “leen” bien a las personas. Un círculo puede detectar a una persona falsa de inmediato. Los círculos son geniales para funcionar en equipo, son muy populares con sus socios de trabajo. Sin embargo, muchas veces son administradores de empresas débiles al momento de liderar van a querer preservar la paz en vez de tomar decisiones impopulares que puedan ser necesarias. Químicamente, el círculo es atraído por la oxitocina, llamada hormona del amor. Es aquella que se genera cuando sentimos apego a las personas, la hormona que hace que nos sintamos bien en grupo.
Luego están los garabatos, son locos, creativos, excéntricos y descomplicados. El garabato simboliza la creatividad porque es la forma más singular y es la única que es abierta; no tiene un punto de cierre como las demás. Ellos piensan de forma diferente que el resto, no utilizan procesos lineales y su sistema de procesar la información es más como una configuración. El pensamiento como configuración significa que tienden a experimentar saltos cognitivos de pensamiento: sacan una conclusión sin experimentar el proceso secuencial y deductivo que es más común. Las formas lineales piensan en una secuencia de a, b, c, d, e; no es así con el garabato: su mente salta desde la a hasta la f. Las personas garabato siempre están buscando nuevas maneras de hacer las cosas. Desafían el statu quo, nunca están contentas con cómo están las cosas y con cómo se han hecho en el pasado. Químicamente, el garabato necesita acetilcolina, el cambio le fascina porque le causa incertidumbre.
Por último tenemos al rectángulo. Esta figura simboliza que una persona está en estado de transformación o transición. Los rectángulos están en un periodo de cambio. No están muy seguras de a dónde les llevará ese cambio, pero están descontentos con la situación actual y están dispuestos a intentar lo que sea. Una característica de los rectángulos es que son imprevisibles. Si usted es un rectángulo, puede experimentar cambios a diario. Pero no se asuste, al final el estar en una etapa rectángulo activa el super poder de crecimiento, búsqueda, aprendizaje y adaptación para entender a otras figuras. Es estar abierto a nuevas ideas, personas y maneras de pensar. Químicamente, los rectángulos buscan la serotonina, aquel químico generado por el cerebro cuando nos sentimos apreciados por los demás, importantes, escuchados, entendidos.
Para resumir, los cuadrados ven el mundo como algo que deben organizar; los triángulos, como algo que conquistar; los círculos, como algo que armonizar; los garabatos, como un acertijo a resolver y los rectángulos, como algo de donde aprender.